Larra-Belagua

Este año hemos inaugurado el primer mendi-finde invernal alcanzando record absoluto de asistencia en mendi-findes con 7 personas y 2 más que se alojaron por su cuenta y participaron en las excursiones.

El grupo se calza las raquetas al comienzo de la salida

Para la ocasión decidimos poner como telón de fondo y tema principal del mendi-finde el macizo de Larra-Belagua, una extensión kárstica cuyos 120 km2 la convierten en uno de los complejos calcáreos más grandes de Europa.

Bea encabeza el grupo a punto de entrar en el laberinto de Lapazarra

En otras palabras estamos hablando de uno de los parques de atracciones más divertidos para los espeleólogos ya que como todos los karst, este también esta plagado de simas, grietas y cuevas. Están catalogadas más de 3.000 simas, 450 km de cuevas y hasta los años 80 aquí estaba la sima conocida más profunda del mundo que alcanza los 1.300 metros de profundidad, en términos de espeleología sería como los Himalayas para los alpinistas.

Coro y Cris apretando el paso en un pequeño repecho dentro del bosque.

Pero nosotros no hemos ido buscando sus secretos más profundos sino aquellos que esconde a simple vista. Este espacio natural se situa entre los 1.500 y los 2.500 metros y en invierno el abrupto karst queda cubierto por la nieve, formando multitud de ondulaciones, abombamientos, surcos y suaves hundimientos que son una delicia para la vista y la imaginación. Bien podría ser un terreno sacado de una peli de ciencia-ficción.

Cartel informativo, la gr 12 (transpirenaica) pasa por este punto

Como no nos hemos querido perder nada hemos visitado tanto los altos con el espectacular Anie de fondo, como la parte baja que coincide con la modesta cumbre de Lapazarra y el espacio protegido de Ukerdi donde el pino negro campa a sus anchas entre las rocas.