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Jaizkibel: 4 excursiones en una

El domingo pasado tuve la suerte de guiar a 3 experimentadas montañeras por Jaizkibel: Ester, Ane eta Maite. La idea inicial era ver el valle de los colores y acercarnos si daba tiempo hasta los Paramoudras. Lo que nos iba a marcar los objetivos sería la hora de la comida que teníamos reservada en Justiz.



El día amaneció nublado pero con previsiones de ir mejorando y efectivamente los primeros rayos no se hicieron esperar yendo y viniendo de vez en cuando. En cualquier caso Labetxu se nos mostro espectacular, como siempre. Sus paredes estaban limpias de salitre y pudimos apreciar los tonos rojizos en su máximo esplendor.



A los pies de los muros todavía llegamos a ver las últimas "armerias euscadiensis" que quedan de la primavera. Qué pena que la catedral se nos mostró medio oculta debido a que las olas no nos dejaron llegar hasta el final. Pero no hay mal que por bien no venga , siempre hay que dejar algo para la siguiente visita.


Y así entre pensamientos Gaudianos, visiones planetarias y colores que iban más alla de la imaginación decidimos poner rumbo al laberinto blanco, allí nos encontramos con la bóveda, la cocha blanca y la cueva del Orinoco donde la humedad es tal, que han surgido numerosos acebos que hacen pensar que estamos en una jungla.



El tiempo se nos echaba encima por lo que tuvimos que seguir hasta el lugar de descanso justo encima del antiguo puerto romano de Erentzin. Allí nos tomamos un respiro y con las fuerzas renovadas llegamos en un santiamén hasta la cala de los fósiles, donde los famosos paramoudras nos estaban esperando para que en palabras de Ane descubriéramos un lugar más propio de una peli de marcianos que de una cala rocosa.



Una vez acabada la visita había que decidir si seguir hacia delante, hacia Justiz e intentar cubrir el camino que nos faltaba en una hora o volver al coche y luego acercarnos desde allí al restaurante. Nos encontrábamos fuertes y tras votación, ganó la primera opción, asique salimos pitando para el restaurante, y en algo más de una hora habíamos recorrido la punta Biosnar y hasta 4 arroyos que caen desde las laderas de Jaizkibel, llegando hasta las campas de Marla, desde donde tomamos la directa a Justiz.




Una vez sentados, disfrutamos de un buen plato combinado, una merecida recompensa que desapareció sin dejar ni rastro, entre los ir y venir de los camareros más despistados que pueda haber en toda Gipuzkoa. Y ya para rematar un super día nos quedaba la 4ª parte de la excursión, la de la cresta que nos llevaría directos al coche.


Eskerrik asko al equipazo que nos juntamos el Domingo. Hurrengo arte neskak!


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